martes, 10 de junio de 2014

FICHERO DE NOVELAS NEGRAS: 468.-LA MUERTE DEL PEQUEÑO SHUG (DANIEL WOODRELL)

Título: LA MUERTE DEL PEQUEÑO SHUG
Título original: THE DEATH OF SWEET MISTER
Autor: DANIEL WOODRELL
Editorial: ALBA
Trama: Shug es un joven de trece años que convive con una madre aún joven y soñadora y un padre, en caso de ser su padre, delincuente, toxicómano y violento, al que de vez en cuando ayuda en sus fechorías, y que no se corta a la hora de mostrar desprecio por su propia familia. A lo largo de todo un verano irá evolucionando personalmente mientras tiene que hacer frente a los frecuentes estallidos de violencia de su progenitor.
Personajes: Shug, adolescente espabilado y con tendencia a engordar, sin amigos, que tan sólo encuentra apoyo en su madre, con la que tiene una relación casi enfermiza, Glenda, madre de Shug, aún muy joven, que conserva su belleza y sus ganas de vivir y disfrutar de la vida, mientras recuerda con añoranza los buenos tiempos ya pasados, Red, supuesto padre de Shug, violento, toxicómano y acostumbrado a hacer siempre su voluntad sin que nadie le contradiga, Basil, amigo y compinche de Red, siempre a la estela de éste, de carácter más manejable, Carl, hermano de Red recién llegado de la guerra, donde sufrió una grave herida que le ha dejado cojo, bebedor compulsivo de cerveza, Jimmy Vin, cocinero que trabaja en un restaurante del pueblo, amable y de buen carácter, aunque en su momento trabajó para locales de Las Vegas regentados por la mafia.
Aspectos a Destacar: La ubicación de esta historia, como por otra parte es habitual en Woodrell, en una zona rural y deprimida, la del monte Ozark, en Arkansas, a la que disecciona mostrando su violencia y miseria, producto del atraso cultural y económico, y creando con ello lo que en Estados Unidos se ha denominado el "country noir".

La Frase: Se me llenó el corazón de ganas de gritar muy fuerte, pero sabía que no podía, sabía que no podía, y me limité a agachar la cabeza, ojalá hubiera tenido menos oído, y seguí pintando de azul. Los gritos que me guardé dentro esa vez y otras veces como ésa se morían de ganas de salir, hasta que llegó el día en que pude darles rienda suelta. Ojalá pudiera añadir que nada de eso ocurrió.

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