Recientemente
ha fallecido Ramiro Pinilla, gran
escritor y gran persona, que supo superar tiempos de silencio mientras escribía
su obra, entre la que destaca Verdes
valles, colinas rojas. Ganador de premios como el Nadal, el Euskadi de
Literatura, el de la Crítica o el Nacional de Literatura, nos deja una gran obra
y un buen puñado de novelas, entre las que se incluyen las tres últimas, adscritas al género
negro. La última es la que se recoge en este blog, Cadáveres en la playa.
Desde
el sentimiento por la pérdida de este gran escritor, el mejor homenaje será
leerle. Merece la pena
CADÁVERES EN LA PLAYA:
Un Samuel Esparta ya maduro, que mantiene contra viento y marea su peculiar
librería en Getxo, recibe en los años setenta la visita de una señora, Juana
Ezquiaga, que quiere contratarlo para que averigüe la desaparición del que fue
su amor de juventud.
Juana
sabe por un anciano pescador que las corrientes están llevándose la arena de la
playa, y que pueden emerger los cadáveres que esconden sus tripas. En uno de
los fusilamientos de la guerra civil, los falangistas abrieron una fosa común
allí, y el pescador le ha contado que en el último momento apareció alguien con
una carretilla portando un cadáver. Juana sospecha que eso sólo pudo hacerlo
alguno de los viejos amigos, celosos de la pareja. ¿Podrá Samuel Esparta
investigar con éxito un crimen treinta y cinco años después? ¿Logrará aclarar,
a partir de los vecinos a los que interroga, la amalgama de envidias y despecho
de un grupo de amigos admirables antes de la guerra?
Afortunadamente,
la siempre eficiente Koldobike, enterada del caso, no quiere perderse un reto
así, y acude en ayuda de su antiguo jefe.
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