José Javier Abásolo somete a ‘Una
decisión peligrosa’ a un hipotético Reino de Navarra independiente que debe
resolver varios crímenes mientras se debate sobre si entrar en la Segunda Guerra
Mundial
Año 1940. Europa se debate en los
albores de la Segunda
Guerra Mundial y Franco se asienta en una España que acaba de
salir de la Guerra
Civil. Mientras, en Iruñea, el arzobispo acaba de ser
asesinado. Los dos inspectores encargados de esclarecer el crimen deben actuar
con rapidez. De su pericia depende mucho más que encontrar al culpable. La
independencia precaria del Reino de Navarra, que duda si intervenir en la
guerra, está en juego.
Curtido en el género de la novela
negra, en su nueva novela, Una decisión peligrosa (Ttarttalo), José Javier
Abásolo (Bilbao, 1957) ha querido dar otra vuelta más al género y jugar con el
lector, invitándole a imaginar lo que podría haber ocurrido si Navarra hubiera
recuperado su independencia tras la anexión de 1512. Y si la religión protestante
hubiera triunfado en unas tierras de fuerte raíz católica. Una circunstancia
“chocante”, pero Abásolo defiende que es en todo punto verosímil.
“A veces hay que conocer nuestra
historia”, destaca el autor, quien recuerda que la primera vez que la Biblia fue traducida al
euskera fue gracias a un pastor protestante y con el impulso de la reina Juana
III, que había abrazado la
Reforma. Y en aquel entonces, explica Abásolo, no era raro
que cuando un gobernante cambiaba de religión el pueblo lo hiciera con él.
Colchón protestante entre dos reinos
católicos, la Segunda
Guerra Mundial acrecienta sin embargo las tensiones. Los
gobernantes tienen claro que “la única posibilidad” para la supervivencia del
Reino es una victoria aliada. Y resolver cuanto antes un crimen que para la España de Franco, un
régimen que Abásolo señala que “se cree protector de la fe católica”, puede
convertirse en “excusa” para una nueva invasión.
Al mismo tiempo, las ideas fascistas
se extienden y las minorías judía y católica están en el punto de mira. Así, la
crítica y la reflexión consustanciales a toda novela negra ponen el foco en
esta ocasión en la intolerancia basada en “diferencias de tipo social, político
o religioso”, explica el autor.
Abásolo es consciente de que la Historia no puede
cambiar. Sí está convencido, en cambio, de que “el futuro no tiene por qué
estar escrito”. El juego histórico le ha permitido además “explorar nuevos
caminos” en la novela policíaca en la que tan a gusto se siente, sobre todo con
personajes como Goiko, el protagonista de la serie que inició con Pájaros sin
alas. Tras haber tomado distancia, dice, el personaje “vuelve a estar fresco”.
Y tendrá una cuarta entrega.
Texto: Beatriz Rucabado
Para leerlo en el propio periódico, así como un artículo que publico sobre la novela negra vasca en lengua francesa, podéis conectar aquí, en las páginas 59 y 60:
http://www.bilbao.net/periodicobilbao/201412/
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