Título: SIEMPRE PIERDEN LOS MISMOS
Autor: CARLOS BASSAS
Editorial: ALREVÉS
Trama: El asesinato de un policía, aunque sea un agente
municipal, siempre obliga al resto de los policías a hacer un esfuerzo
adicional en la investigación del asesinato, ya que han matado a “uno de los
suyos”. Pero cuando empieza a haber indicios de que el asesinado no era
precisamente un ejemplo de representante del orden y la ley, y que había motivos
más que suficientes para que alguien deseara acabar con su vida, la
investigación puede acabar complicándose en extremo.
Personajes: Herodoto Corominas, inspector de policía
culto y reflexivo, que aunque en ocasiones se cuestiona su función como policía
intenta hacer lo mejor posible su trabajo, Laura, su mujer, activista contra
los desahucios y otras causas no bien vistas por las autoridades de la
sociedad, lo que en ocasiones le lleva a tener conflictos con su marido aunque
éste, en el fondo, esté de acuerdo con ella, Contreras, comisario de policía y
superior de Corominas, al que le interesa, sobre todo, estar a bien con los poderes
establecidos, Vázquez, antiguo policía reciclado en dueño de una taberna, con
un sentido clásico tanto de lo que debía ser el trabajo policial como el de un
bar, Begoña Vázquez, hija del anterior y amiga de Herodoto, al que no duda en
prestar ayuda en asuntos relacionados con temas económicos, en los que es
experta, el subinspector Agüero, subordinado de Corominas y leal a él, aunque
le pierde (en el caso de que eso sea una “pérdida”) su interés por las mujeres,
Miguel Lacunza, directivo de la asociación de comerciantes de un barrio en
declive en el que el municipal asesinado imponía su ley, Jon y Javier, dos
adolescentes del barrio, amigos íntimos, que saben que si continúan viviendo en
ese barrio no tienen futuro, Pedregosa, jefe de la policía municipal, un hombre
honesto que a pesar de ello vacila entre defender al cuerpo de un posible
escándalo o contribuir a que se aclare el asesinato, Paco Erice, más conocido
como Durruti por sus ideas izquierdistas, periodista de la localidad que está
al tanto de todo lo que se cuece (o casi) en la ciudad.
Aspectos
a Destacar: La corrupción no anida sólo
en las grandes ciudades o en las sociedades opulentas en las que hay mucha
tarta que repartir, aunque cada vez haya menos trozos y siempre se los lleven
los mismos. También en las ciudades aparentemente apacibles por su tamaño medio
y su composición social pueden anidar focos de esa corrupción, miseria y podredumbre
que no sólo es parte esencial de la novela negra sino, por desgracia, del
devenir del país (de muchos países), y que en esta novela se nos muestran con
toda su crudeza por medio de una historia cuyo interés no decae en ningún
momento.
La Frase: También he ido por nuestro hijo. Se lo están
cargando todo a plena luz. A este paso, no le va a quedar nada: ni sanidad
pública, ni pensiones, ni educación, ni trabajo, ni futuro. ¿Te das cuenta de
que van a ser la primera generación que viva peor que sus padres? ¿Y de quién
es la culpa? Nuestra. Por callar. Eso es lo que pasa. Así que sí, soy una
militante: milito por mi hijo. Ya estoy harta de que aquí siempre paguen los
mismos.
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