Título: ALCOHOL DE 99º
Autor: MANU LÓPEZ MARAÑÓN
Editorial: EDICIONES OBLICUAS
Trama: Arturo y Asís se conocen desde
jóvenes. Crecidos ambos en familias desestructuradas, su falta de horizontes
acabará llevándoles a la delincuencia, por lo que se meterán en más de un lío e
incluso acabarán en prisión, donde conocerán a un grupo de personas que
influirán en sus vidas. Con uno de ellos, obsesionado por encontrar a su novia,
que se ha trasladado a vivir a Barcelona, se desplazarán a dicha ciudad, en la
creencia de que su suerte cambiará. Pero pronto comprobarán que cambiar de vida
y, sobre todo, de suerte no es nada fácil.
Personajes: Arturo Basabe, hijo de madre soltera procedente de una
familia “bien” bilbaína, lo que aumentará los problemas tanto de su madre --adicta
a las drogas-- como suyos, Asís Romerales, amigo de Arturo, hjo de un policía
alcohólico, embrutecido y maltratador, Fredi, estafador de poca monta que
conoce a Arturo y Asís gracias a la cárcel y no duda en colaborar con ellos
cuando se lo piden, mientras intenta recuperar a Dora, antigua novia suya que
harta de él decide marcharse de casa con su amiga Luli, prostituta de gran
belleza que gracias a un golpe de suerte acaba convirtiéndose en el reclamo de un
importante restaurante de Barcelona, El Piro, viejo cantante que acaba
convertido en atracador y conociendo en primera persona varias cárceles
españolas, homosexual que sólo piensa en Arturo, Fabián, antiguo militante
argentino de izquierdas, reciclado en atracador de bancos y posteriormente en
importante “hombre de negocios” de la delincuencia barcelonesa, Gipsy,
sobrenombre de un militante del GRAPO, facción militar de un partido de extrema
izquierda, el PCE(r), que no duda en colaborar con delincuentes para conseguir
sus objetivos.
Aspectos a Destacar: El autor nos propone un
recorrido por una época, la de la década de los 80, en la que la crisis
económica --siempre ha habido crisis económicas-- se cebó en la población y,
sobre todo, en sus sectores más jóvenes y desfavorecidos que, sin ninguna
esperanza ni futuro, no tuvieron más remedio que huir hacia delante, pese a
saber --o intuir-- que al final de la huida su vida difícilmente iba a mejorar.
La Frase: Que la cárcel es una pocilga
resulta una conclusión para el que en ella se aloja. Pero es común detectar en
el interno recién llegado unas iniciales resistencias a considerarse --también
él-- un cerdo. Un quejido interior, cada día menos audible, se resiste a
abandonar el antiguo estatus, aquel con el que se entra y que resulta siempre
--sea cual sea-- superior al actual: el de ser pura y llanamente otro cerdo
más.