lunes, 7 de enero de 2019

FICHERO DE NOVELAS NEGRAS: 690.-LA IMPOSTORA (ELENA FERNÁNDEZ)

Título: LA IMPOSTORA
Autora: ELENA FERNÁNDEZ
Editorial: EDICIÓN DE LA AUTORA.
Trama: Edurne, la arqueóloga que estuvo a punto de morir a manos de un psicópata en la anterior obra de Elena Fernández, “Cerezas amargas”, se reincorpora a su trabajo en el museo, lo que le permitirá acceder a una cueva de la localidad de Dima y también, pese a sus inseguridades, que hacen que ella misma se considere una “impostora”, a participar en un importante congreso internacional. Pero la aparición de una mujer brutalmente asesinada, en circunstancias muy similares a otra ocurrida hace ya dos siglos y medio hará que vuelvan sus miedos y deba enfrentarse a lo que podría ser un asesino en serie.
Personajes: Edurne, arqueóloga que pese a ser una buena profesional está llena de recelos y temores sobre su propia capacidad, Maider, amiga y compañera de Edurne, que la apoya al cien por cien, Txaro, amiga de Edurne residente en un caserío cuya madre, aquejada de demencia senil, aún cree en los seres de la antigua mitología vasca, Idoia, hermana de Edurne, siempre dispuesta a embarcarse en proyectos de lo más diferentes y con tendencia a salir con hombres mayores que ella, Ander, fiel amigo de Edurne, introvertido y tranquilo, Xabier, otro amigo de Edurne, regente de un caserío en Barakaldo.
Aspectos a Destacar: La inmersión en la personalidad de Edurne, la protagonista, que pese a sus miedos y vacilaciones es capaz de coger las riendas de su vida y enfrentarse a una situación en la que su propia existencia puede estar en peligro. Todo ello dentro de una historia en la que las diferentes piezas encajan como un puzzle perfectamente construido.
La Frase: A juzgar por los detalles publicados, los indicios apuntan en varias direcciones. La investigación determinará cuál ofrece mayor credibilidad, aunque la difundida en los diarios nos resulte cómoda de asumir. La nacionalidad de la víctima, ajena a nuestra cotidianidad, nos permite una distancia al margen del dolor. Y la existencia de traficantes, un grupo fácil de odiar, nos libra de responsabilidad al respecto. ¡Así de fácil!

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