Shanghai, Beijing, Pekín y narrativa negrocriminal que trascurre en China.
Hay dos escritores chinos traducidos, pero ambos viven y escriben fuera de China: Diane Wei Lang y Qiu Xiaolong.
Diane Wei Lang es la creadora de Mei, una detective privado que anda por Pekín. Ha publicado Mariposas para los muertos y Ojo de Jade.
Qiu Xiaolong, novelista y poeta, ha creado al Inspector Jefe Chen Cao,el más joven del Departamento de Policía de Shangai, que además de policía es poeta (como el inspector Adam Dalgliesh, por ejemplo) y traduce novelas policíacas al chino (Natasha Kaménskaya lo hace al ruso).
Qiu Xiaolong ha visto traducidas hasta ahora: Muerte de una Heroína roja, Visado para Shanghai, Cuando el rojo es negro, El caso de las dos ciudades, Seda Roja y El Caso Mao.
Por las complicadas calles de Shanghai, también podremos encontrar al inspector Sun Piao, creado por Andy Oakes, un inglés que vivió largo tiempo en China.
Volviendo a Pekin, la capital, también transcurre allí La telaraña china y La trama china, dos novelas escritas por la norteamericana de origen chino, Lisa See.
Pero sin duda el personaje más famoso de la narrativa negrocriminal china es el Juez Di, o Ti. Parece ser que existió realmente, y en los años treinta del pasado siglo el embajador holandés encontró su presencia en algún antiguo documento, y decidió convertirlo en protagonista de sus muchas novelas. Aquí podemos encontrar hasta 14: http://www.negraycriminal.com/index.php?view=lists&iau=731
Pero el juez también protagoniza las dos novelas traducidas de Frederic LeNormand: El Castillo del Lago Zhou-An y Medicina para asesinos.
Ruth Rendell mandó a su inspector Wexford a dar unas conferencias en Pekin y pasar un par de semana de vacaciones en la legendaria China, en su novela Un cuento chino.
También Moses Wine, el detective judío creado por Roger L. Simon, tuvo que viaja hasta China para ayudar a su anciana, pero no menos radical, tía, en El pato de Pekín.
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