Coordinada por el escritor Carlos Salem ha nacido la colección de literatura negra llamada NEGRA, URBANA Y CANALLA y lo ha hecho con dos estupendas novelas: Que de lejos parecen moscas, de Kike Ferrari, y El chef ha muerto, de Yanet Acosta.
EL MÓVIL:
Acercar a los lectores autores con mucho que aportar el género
Acortar distancias dentro de una lengua común
Traducir interesantes novelas negras desconocidas en nuestro idioma
EL ARMA:
Novelas que utilizan las claves clásicas para contar historias actuales
Libros cargados de acción y de valor literario
Un precio asequible para facilitar el acceso a los libros
LA OPORTUNIDAD:
El auge de la literatura policial, que ha ganado un gran número de lectores
La atención que los medios prestan a un género hasta hace poco subestimado
La excelente producción actual de este tipo de novelas
EL COORDINADOR:
Carlos Salem nació en Buenos Aires en 1959 y reside en España desde hace más de veinte años. Dentro del género negro y/o canalla ha publicado las novelas Camino de ida (2007), Matar y Guardar la ropa (2008), y Pero sigo siendo al rey (2009), y los libros de relatos Yo también puedo escribir una jodida historia de amor (2008) y Yo lloré con Terminator 2–Relatos de cerveza-ficción (2009), además de la obra teatral El torturador arrepentido (2011). En 2011 se publicará su nueva novela negra, Un Jamón Calibre 45. Varios de sus libros han sido traducidos al francés y el alemán, y ha ganado, entre otros, los premios Silverio Cañada de la Semana Negra de Gijón (2008), Novelpol (2009) y París Noir (2010).
QUE DE LEJOS PARECEN MOSCAS (KIKE FERRARI)
Un coche negro como un rayo negro y lujoso cruza la General Paz, que divide Buenos Aires en cintura para arriba y cintura para bajo. Dentro del coche, su dueño: el señor Machi. Dueño también de los empleados de sus empresas, de propiedades en barrios selectos y de una interminable colección de corbatas italianas. Lustroso, satisfecho, el señor Machi. Se reconoce como un hombre hecho a si mismo y hecho a medida, desde que hace más de treinta años comenzara con una pequeña fábrica familiar; mientras adelanta coches que valen lo que una de sus noches de mujeres caras y cocaína de la buena. Un incidente tan trivial como simbólico (“Debe hacer veinte, veinticinco años que no pincho una goma, piensa, ¿para esto gasta uno 200 lucas en un auto?”), lo enfrenta con un problema que puede arrebatarle el éxito tan duramente alcanzado. Y tiene que resolverlo solo, porque no sabe quién le ha tendido la trampa. Mientras recorre los suburbios porteños intentando deshacerse del problema, el señor Machi elabora una lista de los posibles culpables. Y son tantos que pierde la cuenta. Porque pudo ser cualquiera de los que ha pisado en estos años para seguir trepando o demostrar su poder. Cualquiera de esas personas a las que ha aplastado sin pensarlo siquiera, porque para el señor Machi resultan tan insignificantes que de lejos parecen moscas.
Kike Ferrari nació en Buenos Aires, en el gris invierno de 1972, lo que debería explicar algunas cosas. Creció en el barrio de Almagro, donde vive con su mujer y su hija. En 2003 fue deportado de los Estados Unidos, donde había vivido cuatro años y al que tiene la entrada prohibida. Ha recibido premios de Casa de las Américas (Cuba), el Fondo Nacional de las Artes (Argentina) y el de relatos de la Semana Negra de Gijón (España), entre otros. Participó en antologías de cuentos en Estados Unidos, Argentina y México. Tiene, además de Que de lejos parecen moscas, cuatro libros publicados: las novelas Operación Bukowski (2004) y Lo que no fue (2009), el volumen de cuentos Entonces sólo la noche (2008) y la recopilación de artículos Postales Rabiosas y otros juguetes inesperadamente literarios (2010) Marxista-salgariano, rockero de la subespecie metálica y lector omnívoro con prefe-rencias por el género negro; es también hincha de River, bebedor de whisky y amigo de sus amigos. Dicen quienes lo conocen que suele hacer planes que raras veces cumple.
El chef más famoso del planeta es un cocinero español. Y ha muerto en una isla de Corea, atragantado con un pulpo vivo. La noticia acapara portadas en todo el mundo, se especula con los nombres de sus posibles sucesores y las circunstancias de su muerte generan dudas: ¿Accidente laboral, suicidio, asesinato? De estas preguntas depende el pago de una póliza de seguros digna de una mega-estrella de fútbol. Y para responderlas la aseguradora contrata a Ven Cabreira, un ex-agente del CSID que odia las florituras culinarias, entre otros motivos, por haber pasado años de su vida repartiendo perritos calientes cuando operaba como enlace español en la CIA. Cabreira es un viudo otoñal que regresa de todas las derrotas y ha perdido el sentido del gusto hace años. Se alimenta exclusivamente de fabada en lata que comparte con su gato Ken, y su única pasión es el cuidado de la colección de Barbies de su difunta esposa. Intentará esclarecer el caso con la ayuda de la inquietante periodista gastronómica Lucy Belda y sus pesquisas lo llevarán a frecuentar las mesas más selectas, y a conocer los intereses, pasiones y rincones oscuros del mundillo de la alta cocina internacional.
Yanet Acosta nació en Garachico (Tenerife) hace 35 años y vive en Madrid desde 1993. Hace diez años que es periodista gastronómica y de viajes. Ha trabajado en la Agencia Efe y ha colaborado con diversos medios de comunicación, entre ellos, El Mundo, Público y Sobremesa. Ha pasado tempo-radas en Japón, China y Estados Unidos y ha viajado por diversos países sobre los que ha escrito reportajes y artículos en la prensa. Coordina e imparte clases en el Curso de Periodismo Gastronómico y Nutri-cional de la Universidad Complu-tense de Madrid y es profesora de Periodismo en la Universidad Camilo José Cela de Madrid. El Chef ha muerto es su primera publicación no académica y con ella inicia la serie del investigador Ven Cabreira.
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