Andoni preso
dago Kordobako espetxean. Gaur, beste hainbat gutunekin batera, ezezagunen
batek bidalitako gutun luze bat jaso du. Emakume batek sinatuta dator. Gaur
zortzi, gutuna idazten duen emakume horren alabak ihes egin du organizazio
armatu batean militatzeko. Andreak luze kontatzen dio gutunean zehar
organizazio horretan militatzen duen preso horri beraren eta alabaren arteko
harremana, konpromiso politikoari konpromiso pertsonala aurrez aurre jarririk.
Andoni se
encuentra preso en la cárcel de Córdoba es un prisionero en su prisión. Hoy,
junto a otras cartas, ha recibido una muy larga enviada por una desconocida.
Está firmado por una mujer cuya hija se escapó hace una semana para militar en
la organización armada. Andrea le cuenta a ese preso que también milita en la
organización armada, a través de su extensa carta, la relación que tiene con su
hija, enfrentando el compromiso personal con el político.
Artículo publicado en EL CORREO (http://www.elcorreo.com/)
24 de octubre de 2012. Redactor: Antonio Santos.
La
exdirigente de ETA Carmen Gisasola abogó ayer por hacer una reflexión sobre el pasado para construir el futuro y asentar la
convivencia en Euskadi. La que fuera máxima responsable de los comandos en
la década de los noventa y ahora a la cabeza del colectivo de presos que han
roto con la banda se mostró convencida de que el respeto a las ideas diferentes es imprescindible para crear un
futuro normalizado.
Interna en
el centro penitenciario de Zaballa, donde se encuentra clasificada en segundo
grado, Gisasola aprovechó un permiso para presentar en San Sebastián su
primera novela, bajo el título Gaur
zortzi. La obra que, según dijo, no
es una autobiografía, sí que tiene un gran paralelismo con su propia vida.
Narra la historia de una madre que descubre que su hija ha huido de casa para
incorporarse a ETA. La mujer, para intentar comprender a la muchacha, comienza
a cartearse con un preso. Gisasola, visiblemente nerviosa y acompañada
de la exparlamentaria de Aralar Aintzane Ezenarro, aseguró que el
trabajo, de apenas cien folios, es una
pequeña contribución a la convivencia» en el País Vasco.
La
exmilitante etarra se negó a analizar la actualidad política y la situación del
colectivo de presos, pero sí dejó caer algunas ideas. Aseguró que las heridas no se cierran por mirar a otro
lado y apostó por examinar el pasado.
Pidió que en Euskadi no se repita la experiencia de la Guerra Civil española, donde todavía hay familias que buscan los
cuerpos de sus allegados en las cunetas de las carreteras. Sin citar a
nadie en concreto, Gisasola lamentó que durante décadas el hecho de no respetar los derechos humanos y atacar a
quien piensa diferente ha sido normal en Euskadi y aludió a los atentados,
la censura o palizas y los ataques de palabra.
El rostro
más visible de la llamada 'vía Nanclares' -presos que han roto con la banda y
han pedido perdón por sus actos sangrientos, lo que les ha supuesto haber sido
expulsados de la organización y repudiados por quienes eran sus compañeros de
lucha- advirtió que la convivencia en
el País Vasco es una responsabilidad de
todos y no se va a dar de la noche a
la mañana. No obstante, se mostró convencida de que, sin hacer una reflexión del pasado, no se puede avanzar mucho.
Siempre
mediante alusiones a su libro, Gisasola hizo su particular
interpretación de la historia de ETA. Aseguró que la lucha armada genera a su alrededor una mentalidad que provoca que se considere normal atacar al que piensa diferente. Un comportamiento que, subrayó, «no
puede tener cabida en una cultura en favor de la convivencia». Esa forma de actuar -insistió- ha contaminado, además, nuestras relaciones.
La exetarra,
que ha firmado una carta en la que pide perdón a sus víctimas y reniega de la
banda, admitió que, como ella, muchos
asumieron una forma de actuar para lograr objetivos
políticos. Esa dinámica de actuar al servicio de una 'gran verdad' nos ha
llevado una y otra vez a justificar excesos a pesar de que generaban muchas
contradicciones en nuestro interior, explicó. Gisasola también tuvo
un recuerdo para su familia y para aquellos padres de terroristas que, pese a no estar de acuerdo con el camino»
que tomaron sus hijos, salieron a la calle para defender los derechos de los
presos». «Quiero decir a nuestros padres -enfatizó- que ellos tenían razón.
La
exparlamentaria Aintzane Ezenarro quiso, por su parte, agradecer la reflexión difícil, dura, sincera y no
siempre comprendida que ha realizado Gisasola y el resto de los
presos de la 'vía Nanclares'. La exrepresentante de Aralar, promotora de la
ponencia de paz del Parlamento vasco, defendió que, en un momento histórico como el actual, en el que se está entrando
en una situación de no violencia política,
la sociedad vasca tendrá que hacer aflorar
todo el sufrimiento, sin dejar de lado ninguno, con el objetivo de construir un relato de lo que ha pasado y no
tiene que volver a ocurrir. Y quiso subrayar el coste personal de quienes optaron por la lucha armada y han visto cómo su vida ha transcurrido entre la
clandestinidad y la cárcel.
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