LA NOVELA: En septiembre de 1977, la fotógrafa de prensa Guillermina Anglada recibe el encargo de realizar un discreto reportaje sobre un activista con numerosos alias, doble agente al servicio de la policía que, según parece, pretende introducirse en la organización terrorista ETA.
Pedro Mari Garabain, Kepa, empleado de banca e hijo de una familia donostiarra acomodada, lleva una plácida vida de soltero en San Sebastián e ignora por completo el peligroso torbellino por el cual va a precipitarse su vida a causa de una absurda confusión.
Donostia, además de una novela de intriga que trata de adentrarse en los vericuetos de la mente humana sometida a presión, quiere ser la expresión cautivada del autor ante la luz de un hermoso lugar, la Bella Easo.
EL AUTOR: Jon Lauko, cuyo verdadero nombre es Francisco Rubio, vive en Barcelona y es catedrático de matemáticas del Instituto Montjuïc y profesor de Álgebra de la Escuela de Caminos.
Fue discípulo del profesor José Antonio Labordeta quien, sin saberlo, le inculcó la pasión por leer y escribir.
Además de libros y artículos de carácter profesional, Francisco Rubio ha publicado un pequeño libro de viajes titulado Viaje a la Comunidad de Albarracín y numerosos cuentos, relatos y artículos viajeros en diferentes periódicos y revistas. Donostia es su primera novela.
'Donostia' se sitúa en el año 1977, en una ciudad bastante gris donde la violencia de ETA y un error condicionan la vida de un burgués. Está escrita por Francisco Rubio que la ha firmado con el pseudónimo de Jon Lauko en homenaje a una de sus escritores favoritos, John Le Carré.
¿Cómo definiría 'Donostia'?
'Donostia' es una novela de intriga, tensa y milimetrada, y fue mi intención, cuando la redacté, de sentar al lector en su butaca y no dejarle levantarse hasta que la terminara, eso sí, disfrutando con la lectura. No es una novela policiaca, ya que faltan elementos de ese género: no hay un investigador o un policía intentando esclarecer un caso. Está más cerca de los relatos de la Highsmith, Le Carré o Cain, salvando las distancias con esos grandes escritores. Pero, sobre todo, 'Donostia' es una novela evocadora de una hermosa ciudad.
¿El tema de ETA es una excusa para esta historia o pretendía hablar sobre su violencia?
En la novela, ETA solo forma parte del entramado sobre el que transcurre la intriga. No obstante, la ETA de aquellos primeros años del cambio de una larga dictadura a una incipiente democracia estaba teñida de un cierto aire de romántica reivindicación nacionalista. Ese tratamiento se recoge en las pocas veces que aparece ETA en escena.
¿Qué elementos tenía esta historia para que sea su primera novela publicada?
Donostia es mi primera novela publicada, pero es la tercera de cinco que aguardaba en un cajón de mi escritorio a que algún editor con buen olfato literario la descubriese. No sé, a veces es la suerte o un buen informe lo que hace que una nueva novela de un autor desconocido salga a la luz.
¿Por qué la ha situado en San Sebastián y por qué en esos años?
El año en que transcurre la novela coincide con el año en que fui a trabajar a San Sebastián. La hermosa ciudad me cautivó enseguida. Aproveché el tiempo libre para conocerla, recopilar abundante información sin saber bien en qué emplearía ese material. Años después, utilicé esa documentación para escribir 'Donostia'. Un relato que, en realidad, es una excusa para evocar la ciudad de San Sebastián.
¿Qué ha pretendido transmitir al lector? ¿Ha buscado darle un carácter cinematográfico?
Una novela de intriga siempre intenta atraer al lector, hacerle disfrutar con la lectura manteniéndolo en vilo. 'Donostia' utiliza efectivamente la técnica del suspense: el lector (o el espectador si se hablase de cine) intuye en cada escena, por el clímax creciente de la acción, lo que va a ocurrir, pero desea que se lo cuenten. Muchos realizadores cinematográficos han utilizado ese recurso para mantener 'suspendidos' a sus espectadores.
¿Literariamente cuáles han sido sus referentes?
En los años del instituto me influyeron dos magníficos profesores: José Antonio Labordeta, conocido como cantautor y político pero, en realidad, sublime poeta; y el autor de 'Arre Moisés', Eduardo Valdivia. Luego, desde William Saroyan -al otro lado del Atlántico-, hasta Ivo Andric -al otro lado del Mediterráneo-, recorriendo todos los territorios, pasearon por mi lectura todos los grandes escritores que pude leer, y leí mucho, hasta que me decidí a utilizar la pluma.
¿Qué hace un profesor de Matemáticas escribiendo una novela de intriga?
Las Matemáticas son consideradas vulgarmente como el lenguaje de la Ciencia: una herramienta para que la Física, la Química, la Biología o la Medicina puedan desarrollarse. Pero, en realidad, las Matemáticas forman parte esencial de la expresión del espíritu humano. No conozco ningún matemático que no esté interesado en algún aspecto del arte.